Cartier كاليبر دو كارتييه

La colección Calibre de Cartier, lanzada en 2010, deja intuir por su nombre lo que la hace especial: estos relojes de lujo contienen en su interior los primeros calibres desarrollados por el propio fabricante. En el pasado, la empresa utilizaba piezas de otras casa, como por ejemplo, Jaeger-LeCoultre, o las desarrollaba en colaboración con otros calibres. La producción de movimientos de manufactura es un hito más en la historia de la Maison, conocida, entre otras cosas, por producir el primer reloj de pulsera para los aviadores. Los artículos de lujo de Cartier han contribuido de manera decisiva a establecer los relojes en las muñecas de la sociedad. Algunos modelos famosos, como el reloj Tank de 1917, han alcanzado desde hace mucho tiempo el estatus de reloj de culto gracias a las innovadoras ideas de diseño de la marca, y ya no nos es posible imaginar el mundo de los relojes sin ellos.

La línea Calibre de Cartier aúna variantes de tres agujas con fecha, cronógrafos y relojes de buceo, que poseen una resistencia al agua de hasta 300 m (30 bar). Asimismo, abundan los ejemplares con complicaciones como calendario perpetuo o Tourbillon . El tamaño más común de la caja en estos relojes es de 42 mm, la cual se ajusta al trasfondo deportivo de esta colección. Ejemplares más pequeños con 38 mm se ajustan a la perfección a las muñecas femeninas, aunque mantienen un look notablemente masculino, debido, por otra parte, a las grandes asas curvadas y a los elementos satinados y pulidos. A los más observadores les llamará la atención el logotipo de Cartier albergado bajo la posición del número romano X. Los relojes tienen adicionalmente una espinela facetada azul en la corona, mientras que otros tienen un diamante.

Las cajas de acero inoxidable armonizan con el carácter deportivo de los relojes. Sin embargo, también están disponibles en oro blanco, rosa, rojo o amarillo. Asimismo, la colección ofrece modelos bicolor que combinan el acero con el oro. Además permite elegir entre correas de piel de aligátor, becerro o caucho, así como brazaletes de acero, u oro.

Los relojes básicos y más asequibles de la colección son los usados con un calibre automático 1904-PS MC y 48 horas de reserva de marcha. Un modelo en buen estado de conservación cuesta alrededor de 3.500 euros. Los ejemplares si usar alcanzan los 5.000 euros. En ambos casos, los relojes incluyen correas de piel de cocodrilo o brazaletes de acero. Las esferas están disponibles en los colores plata o negro. De hecho, esta última resulta algo más deportiva que la primera. La minutería tipo "chemin de fer" facilita la lectura de la hora e integra números arábigos cada 5 minutos. La ventana para la fecha se encuentra a las 3 en punto y el pequeño segundero está en la posición de las 6. Para concederle más espacio al pequeño segundero, la mayoría de los modelos incluyen índices entre las 4 y las 8 en punto para marcar las horas, el resto se indican con números romanos. Algunos ejemplares solo utiliza números romanos para este fin.

Los relojes bicolor de tres agujas en buen estado de conservación cuestan alrededor de 5.700 euros, mientras que los nuevos alcanzan los 7.000 euros. Las versiones con un brazalete a juego destacan por su armonía y elegancia. El precio del Calibre de Cartier en oro rosa asciende a los 10.000 euros, y los modelos usados rondan precios en el rango de los 16.000 euros.

En la categoría de los 26.000 euros, los modelos con complicaciones, como por ejemplo un calendario perpetuo, cuestan cerca de 26.000 euros. El Calibre de Cartier Perpetual Calendar en oro rosa incluye el mes a la altura de las 12 y funciona a la vez como un indicador del año bisiesto. El indicador del día de la semana en forma de arco se coloca en la mitad de la esfera. Una aguja central indica la fecha y, en lugar de la minutería se visualizan en el contorno de la esfera números correspondientes hasta el 31.

El Calibre de Cartier Diver no solo ofrece 300 m (30 bar) de resistencia al agua, también está provisto de una corona atornillada y un bisel giratorio unidireccional, además de todas las características que exige un reloj de buceo profesional. El calibre de este diver es el mismo que el de las variantes de tres agujas. El Diver Blue de acero inoxidable con una esfera azul y un bisel de cerámica del mismo color cautiva con su estilo náutico. Los numerales en la esfera y en el bisel están revestidos de Superluminova, de tal manera que ofrecen excelente legibilidad en entornos de poca luz. El precio de un modelo sin usar ronda los 6.000 euros.

Otro modelo popular es el Calibre de Cartier Diver Carbono. La caja y el bisel se fabrican en acero inoxidable y se revisten de ADLC (amorphous diamond-like carbon) negro. Esto garantiza un cierto grado de dureza y, por lo tanto, una resistencia especial a los arañazos. El bisel y la corona es de oro rosa y contrasta con la esfera y la correa de caucho de color negro. La armonía del diseño se completa con las agujas y los bordes de la ventana para la fecha, así como de la subesfera del pequeño segundero fabricados en oro rosa. Sin estrenar, un Calibre de Cartier Diver Carbono alcanza los 8.500 euros.

Sin duda, es un gran logro producir un calibre de manufactura. Y, es aún más admirable fabricar un calibre con una función de cronógrafo; un éxito que Cartier ha alcanzado con su Calibre de Cartier Chronograph en el año 2013. El asombroso trabajo de este reloj de 42 mm se puede admirar a través de fondo de cristal de zafiro. Las subesferas para contar los minutos y las horas se colocan a la altura de las 3 y las 9 en punto, mientras que la visualización de los segundos se realiza mediante un segundero central. La ventana para la fecha se encuentra a la altura de las 6.

El precio de las versiones de acero inoxidable en buen estado de conservación ronda los 6.000 euros. Este modelo ofrece esferas en los colores plata o negro, así como pulseras de acero y piel de aligátor. Un cronógrafo bicolor en buen estado alcanza los 10.000 euros. El precio de las versiones de oro asciende a los 22.000 euros.

En 2010, Cartier presentó el Rotonde Astrotourbillon, un tourbillon móvil montado en el segundero; un elemento encargado de compensar las desviaciones de la marcha e indicar la hora. El desarrollo de esta elaborada construcción duró cerca de 5 años y, desde 2011, el Astrotourbillon también está disponible en la línea Calibre de Cartier. Este reloj de titanio de 47 mm aloja el calibre 9451 MC de cuerda manual y ofrece 48 horas de autonomía. Su precio alcanza fácilmente los 10.000 euros y, actualmente es difícil encontrar ejemplares en el mercado de ocasión.