¿Es usted extravagante y evalúa cualquier colección de relojes por sus diseños más especiales? A continuación le presento tres relojes que a primera vista podrían parecer rarísimos, pero que son muy especiales precisamente por esta misma razón. Se trata de tres relojes totalmente únicos, de tres fabricantes de lujo completamente diferentes. Uno de ellos ya es una pieza de coleccionista muy codiciada, otro revela un aspecto hasta ahora desconocido de la historia de su empresa, y el último podría incluso salvarle la vida.

Omega Speedmaster «Alaska Project»: una pieza de coleccionista poco común
El primer reloj que me gustaría mostrarle logra un equilibrio muy particular: de los tres modelos que le voy a presentar, es el más ordinario y, a la vez, el más extravagante. A primera vista, el Omega Speedmaster «Alaska Project» parece ser un Speedy bastante normal: un diámetro de 42 mm, el típico cristal de hesalita y un bisel con escala taquimétrica: todo lo que los amantes del Speedmaster conocen y aprecian. Sin embargo, las curiosas agujas de los totalizadores, el contador de segundos rojo del cronógrafo y la esfera blanca como la nieve son particularidades que llaman la atención al instante, especialmente la de los seguidores de Omega. Una variante del Omega Speedmaster con un estilo similar al «Panda» no tendría por qué ser lo peor para una colección de relojes, ¿no cree? Pero en cuanto entra en juego el escudo térmico acompañante, nos queda claro a todos que nos encontramos ante un reloj sumamente insólito.
¿Escudo térmico? ¿De qué trata todo eso? El Speedmaster «Alaska Project» es el sueño de innovación de Omega hecho realidad. Se lanzó en 2008 y está limitado a 1970 ejemplares. El reloj se basa en el «Alaska II», un Speedmaster estándar modificado con esfera negra. Para el Omega Speedmaster «Alaska Project» no solo se modificaron la esfera y las agujas de los totalizadores y el segundero, sino que también se creó un escudo protector especial que se puede fijar a la caja del reloj. Este escudo protector está compuesto de aluminio anodizado rojo. Con él, el reloj es capaz de soportar temperaturas extremas de entre -148 y +260 grados Celsius, como las que se dan en la Luna o el espacio. El Omega Speedmaster «Alaska Project» viene con una correa de velcro blanca a juego, pero también incluye un brazalete de acero adicional, como el que conocen los aficionados a la variante estándar del Omega Speedmaster, así como el escudo térmico rojo, que es la mayor particularidad de este generoso conjunto. Todo ello viene presentado en una hermosa caja de coleccionista, con la elegancia habitual de Omega. El Speedmaster «Alaska Project» ya es una pieza de coleccionista muy anhelada. El juego completo, con caja y papeles incluidos, cuesta más de 25 000 €, mucho más que el precio de catálogo original de 2008. Yo entiendo perfectamente la evolución de su valor: el Speedmaster «Alaska Project» es una pieza fantástica de la historia de la relojería. Y lo mejor es que, a pesar de su refrescante rareza, se puede llevar como un reloj convencional. Solo cuando se le pone el complemento protector se convierte en un reloj realmente estrambótico. Pero es muy probable que nunca necesite este elemento tan especial, a pesar de su funcionalidad.
Tudor Black Bay P01: un prototipo guardado bajo llave
Hoy en día conocemos a Tudor como una fantástica marca de relojes de lujo independiente, pero durante mucho tiempo la hermana de Rolex no fue más que una variante más barata de la misma. Entre estas dos épocas, Tudor creó, en mi opinión, algunos relojes realmente extraños. Si echa un vistazo a alguno de estos modelos, como el Tudor Monarch o el Classic, quizá comprenda de inmediato lo que quiero decir. Pero el reloj más raro que Tudor jamás ha creado es, sin ninguna duda, el Tudor Black Bay P01, presentado en 2019. Tras este singular reloj se oculta un capítulo de la historia de Tudor desconocido hasta ahora. El nombre P01 proviene de «Prototype 1». A finales de los años 60, este prototipo llevaba el nombre en clave de «Commando», y no solo debía cumplir una serie de requisitos establecidos por el gobierno estadounidense, sino también incluir una patente para una función hasta ahora desconocida. Tudor ya proporcionaba relojes de buceo a la Marina de EE. UU. desde los años 50, pero este proyecto nunca se hizo realidad, y el «Commando» quedó archivado.
50 años después, el Tudor P01 revivió este prototipo de forma definitiva. Esta mezcla de diver y modelo militar es un reloj herramienta en toda regla. No es de sorprender que la caja tenga un aspecto tan inusual, ya que el objetivo no era la estética, sino la funcionalidad. Este reloj de 42 mm, con una corona a la altura de las 4, está completamente satinado. La función desconocida del prototipo de 1968 también está incorporada. Esta patente consistía en un sistema de parada para el bisel. El Tudor Black Bay P01 adoptó el sistema de parada del bisel bidireccional de esta patente con un eslabón final móvil a las 12 horas. El reloj es hermético hasta los 200 metros y cuenta con un cristal de zafiro y un calibre de manufactura con función de fecha. La correa de cuero le otorga la apariencia perfecta para un reloj herramienta, práctico pero extremadamente particular. Los precios actuales del P01 se acercan a los 4000 €. No obstante, podría ser muy interesante ver cómo evoluciona este extraño modelo en el futuro. Probablemente no se fabriquen muchos ejemplares del P01, y tampoco espero que se esté produciendo durante mucho tiempo, por lo que el P01 podría convertirse en una pieza de coleccionista muy codiciada. El Black Bay P01 es una obra de coleccionismo muy extraña, pero está repleta de la historia de Tudor.

Breitling Emergency: el reloj salvavidas
Con su apariencia general y su enorme diámetro, de nada más y nada menos que 51 mm, el Breitling Emergency tiene un aspecto rarísimo. Está tan sobrecargado de funciones que casi parece un juguete. No obstante, se trata de un reloj que me ceñiría a la muñeca sin dudarlo si fuese un aventurero. Aunque me viera envuelto constantemente en situaciones peligrosas, con el Breitling Emergency me sentiría un poquito más seguro.
Y es que este Breitling es cualquier cosa menos un juguete. De hecho, incluso es capaz de salvar vidas, como ya ha demostrado de forma impresionante en varias ocasiones. Por ejemplo, en el año 2003, cuando los pilotos Steve Brooks y Hugh Quentin Smith se estrellaron con su helicóptero en la Antártica. Se salvaron en su bote hinchable de rescate y desde este activaron su Breitling Emergency. Gracias a él, ambos pilotos pudieron ser rescatados. El Emergency está provisto de una auténtica baliza de emergencia de doble frecuencia que se ubica en la parte inferior de la caja. Al desplegar la antena se activa automáticamente el transmisor y envía una señal de alarma durante al menos 24 horas; ya sea por tierra, agua o aire, con un frío extremo o un calor abrasador. Indica el camino a los equipos de rescate, que pueden averiguar en muy poco tiempo quiénes son las personas en peligro y cuáles fueron sus últimas ubicaciones conocidas. En el interior de este reloj se aloja un calibre SuperQuartz. Está certificado por el COSC y ofrece numerosas funciones, como un calendario perpetuo, un cronógrafo, alarma y cuenta atrás, así como una segunda zona horaria. Pero la característica más especial sigue siendo la baliza de emergencia, que es totalmente única y convierte al Breitling Emergency en un modelo de lo más exótico en el mundo de la relojería. La última variante del Emergency cuesta cerca de 10 000 €, mientras que su predecesor ya se puede adquirir por menos de 5000 €. El modelo de 43 mm de diámetro es precisamente la versión que salvó la vida de ambos pilotos en 2003, pero hoy en día tanto el reloj como la baliza de emergencia que incluye están bastante anticuados. Como coleccionista, no obstante, la versión más antigua podría seguir resultando interesante. Es más ponible y ofrece prácticamente casi todas las funciones del Emergency actual, pero en versión compacta. No obstante, espero que ningún propietario de este reloj tenga que usar nunca su función más importante. Ya se trate de la variante nueva o la antigua, el Breitling Emergency es un reloj muy especial que no tiene igual.