Baselworld 2019 ya ha terminado. Algunas marcas han expresado que, a pesar de todo el alboroto, ha sido uno de los espectáculos más exitosos que jamás hayan experimentado. En cambio, otras firmas se han quejado de que la feria no ha funcionado tan bien como esperaban. Sea como sea, todavía quedan muchas preguntas por responder: ¿qué opina la prensa y los visitantes/consumidores sobre Baselworld 2019 y su futuro?, ¿seguirá reduciéndose hasta convertirse en un salón irrelevante para la industria relojera?, ¿o ha sido este año un toque de atención que servirá para enderezar drásticamente el rumbo? Solo el tiempo lo dirá, especialmente si más marcas deciden retirarse. Yo espero que este salón sepa repensarse. No obstante, corresponde a su dirección despertar y escuchar tanto a las marcas como a los consumidores.
La distribución del espacio
Baselworld se ha ido reduciendo desde los últimos 4 años. Antes el salón ocupaba cuatro edificios y una carpa móvil llamada Palace. En dicha carpa era donde se situaban los estands de las marcas independientes de alta relojería, como MB&F y Ressence. Este año el evento ha tenido lugar principalmente en el pabellón 1, el único gran edificio de la Messe Platz (recinto ferial) de Basilea. La retirada del Grupo Swatch del Baselworld permitió la liberalización de una gran cantidad de espacio en medio de la planta baja. Algunas marcas como Breitling, que en años anteriores se encontraban «escondidas» detrás de Omega, lo han sabido aprovechar para su crecimiento. Este año han contado con el que probablemente sea su estand más grande hasta ahora. Además, el centro de prensa, que en años anteriores se encontraba en el edificio adyacente al pabellón 1, ha sido trasladado esta edición a este mismo espacio que ha quedado libre, pero situado a la otra parte del edificio. Eso ha facilitado los desplazamientos de los miembros de la prensa.
Todo en uno
Sin embargo, a pesar de que la ubicación central del centro de prensa ha sido positiva, ha tenido también sus contras. Por un lado, ha sido muy fácil para nosotros ir de un estand a otro. Pero, por otro lado, cuando tienes una reunión tras otra, y ni siquiera tienes que cruzar la Messe Platz (recinto ferial) para ir de la sala de prensa a la sala de exposiciones, la sensación de espacio cerrado y sin luz se acrecienta. No obstante, teniendo en cuenta que muchas de las marcas que no estaban presentes en la feria oficial de Baselworld se encontraban cerca del Hotel Hyperion, encontramos la excusa perfecta para buscar los rayos de sol, en caso de haberlos, y visitar a los otros expositores.
60 CHF por ver relojes a través de una vitrina
Aquellas personas que no eran ni expositores ni periodistas, pero deseaban visitar la «Comunidad de la industria relojera y joyera», podían hacerlo comprando una entrada de un día en internet o en el salón. El precio era de 45 CHF en internet y 60 CHF en la taquilla del pabellón 1. Esta es, ciertamente, una oportunidad única para muchos visitantes que deciden viajar cientos, o miles de kilómetros, para pasar únicamente un día en la feria. Aunque, a decir verdad, llegar y encontrarse que todos los relojes de las principales marcas solo se pueden ver a través de una vitrina, es una sorpresa bastante desagradable. Seguramente las compañías más pequeñas permitan el acceso directo sin vitrina a sus últimas y mejores novedades. En cambio, es bastante improbable que las grandes marcas como Rolex, Tudor, o Seikoaccedan a ello. Para estas firmas siguen entendiendo Baselworld de una manera más tradicional: un evento para conocer a proveedores, socios, mostrar sus últimas novedades a los medios de comunicación y mezclarse con la élite del mundo relojero.
Cuáles son los cambios necesarios
Baselworld 2019 ha sabido presentar un nuevo concepto interesante para la prensa. Pero al mismo tiempo, también ha disgustado a algunos de sus visitantes debido a la falta de variedad de marcas de gran renombre. A pesar de todo, quizás esto ha supuesto un éxito para ciertas marcas, especialmente aquellas que no reciben tanta atención normalmente. El Grupo Swatch con su marcha del salón ha conseguido ahorrarse una buena cantidad de dinero, pero también ha dejado un hueco para otras empresas después de la ausencia de todo su entramado: Omega, Breguet, Blancpain, Glashütte Original, Tissot, Certina, Longines, Hamilton, etc. Es, por tanto, una realidad que todo este tiempo que los periodistas invertían en estos nombres ha sido redistribuido entre otras compañías más pequeñas.
Hasta hoy, Baselworld sigue siendo la feria relojera más grande e influyente del mundo(al menos en términos de tamaño). No obstante, si no se inicia una escucha atenta a las marcas, periodistas y visitantes, en un periodo de 3 a 5 años esto podría cambiar. Vivimos en una época en el que la gente sabe distinguir los trucos de marketing encaminados a embaucar, así que, por favor, innoven, afilen el olfato empresarial y adáptense a los tiempos. Salvemos Baselworld.
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