Lo más probable es que nunca hayas estado antes en el SIHH. Si lo has hecho, perteneces a un club bastante exclusivo. Se celebra en Ginebra cada enero y es el primer gran salón de relojería del año. A este, asisten varias de las marcas de relojes de lujo más prestigiosas del mundo para exponer sus últimas creaciones. Hasta 2017 la cita se desarrollaba a puerta cerrada. Es decir, la asistencia se restringía solamente a miembros del sector y de la prensa (actualmente, el acceso es libre al resto de público el último día de la feria). El número de asistentes, por ende, alcanza solo los 15 000, una cifra minúscula en comparación con el Baselworld. No obstante, esta idea de exclusividad ha sido diseñada expresamente y va muy en consonancia con el espíritu de la filosofía fundacional de la feria.
A pesar de que Baselworld y SIHH comparten la característica de ser los dos principales salones de relojes de lujo, son convocatorias muy diferentes. El primero es un gigante del sector que atrae a unos 1000 expositores de más de 40 países y a más de 100 000 visitantes. Mientras tanto, el segundo, solo alberga a 35 marcas cuidadosamente seleccionadas y comisariadas; 18 Historic Maison (formadas principalmente por marcas del grupo Richemont Group como IWC y A. Lange & Söhne) y 17 marcas en el Carré des Horlogers (firmas independientes de gama alta como F.P. Journe y Greubel Forsey). Dicha diferencia entre las dos ferias se remonta a los comienzos del SIHH.
Donde empezó todo
Fundado en 1991, el SIHH fue un intento deliberado de Cartier –junto con Baume & Mercier, Piaget, Gérald Genta y Daniel Roth– de crear un salón comercial más exclusivo dedicado a la relojería fina, hecho que en aquel momento podía suponer no pocos riesgos. Por otra parte, el origen del Baselworld se remonta a 1917 y se convirtió en el salón de relojes por excelencia. ¿Existían posibilidades de crear un segundo salón en otro lugar que cosechara el mismo éxito? Resultó ser que sí, y el SIHH siguió creciendo en tamaño y popularidad.
Con una duración de 5 días, el SIHH ofreció (y sigue ofreciendo) un formato muy diferente al del Baselworld. El objetivo principal es, por supuesto, que las marcas exhiban sus últimos modelos en estands lujosos rodeados de espumoso champán y apariciones de personas famosas. Además, también se ofrecen una serie de charlas, mesas redondas y exposiciones destinadas a promover el arte y la cultura de la alta relojería.
Esto es algo que siempre ha estado en el centro de la filosofía fundacional del SIHH. Así, su propósito principal es la preservación de dicha cultura relojera y la promoción de sus técnicas y su maestría. Este enfoque innovador ha servido de inspiración para otros salones internacionales de relojería, como el Dubai Watch Week y el Salon QP en Londres.
¿Quién organiza el SIHH?
Si se observa la lista de marcas asistentes al salón, es fácil pensar erróneamente que la organización del SIHH está vinculada directamente de alguna manera al Richemont Group. Si bien las marcas de Richemont exhiben en el SIHH, igual que la casa Swatch Group y las marcas de LVMH lo hacen en el Baselworld (o al menos, Swatch Group solía hacerlo, encontrará más información a continuación), la verdad es que el SIHH está organizado y administrado por la Fondation de la Haute Horlogerie (Fundación de la Alta Horología). Esta es una organización independiente creada en 2005, su misión es salvaguardar y promover la relojería fina en todo el mundo, lo que consigue, en parte, mediante la organización de eventos.
Retos
Si se ha ido informando sobre el panorama relojero actual, es posible que ya se haya enterado sobre algunos de los retos a los que se enfrentan los principales salones de relojería. El suceso más destacable, por supuesto, fue la inesperada ausencia del Swatch Group del Baselworld. A principios de este año, este gigante relojero anunció que ninguna de sus 18 marcas estaría presente en 2019. Entre ellos figuran nombres tan importantes como Omega, Longines, Tissot, Breguet y Blancpain. Además, otras marcas, como Raymond Weil y Maurice Lacroix, también han decidido retirarse del salón del próximo año. El SIHH no ha experimentado el mismo grado de marchas, no obstante, Audemars Piguet y Richard Mille han advertido que no volverán después de 2019.
La principal razón para dichas salidas parece ser la sensación general de que los salones más importantes no han evolucionado al mismo ritmo que los gustos de los consumidores y que las necesidades de las marcas, ambos con una naturaleza muy dinámica y cambiante. Además, tampoco ayudan los desorbitados precios que cobran los hoteleros y restauradores de manera oportunista con el fin de explotar la afluencia de visitantes a Ginebra y Basilea cada año. En respuesta a esta percepción general, ambos salones han prometido cambios en el futuro. El más significativo que se ha anunciado hasta ahora es que para el 2020 se coordinarán esfuerzos en la fecha de las respectivas galas. Así, el próximo año, el SIHH se celebrará en los 5 días inmediatamente anteriores al Baselworld.
¿Qué se puede esperar en 2019?
Aunque todavía es pronto, parece que ya están surgiendo algunas tendencias para el SIHH 2019. Como sucede a menudo en tiempos de incertidumbre, las marcas están recurriendo a su herencia histórica. Así, la IWC está recuperando su popular colección de relojes piloto, con varias piezas encantadoras de inspiración vintage. Jaeger-LeCoultre y Vacheron Constantin están aumentando su reputación gracias a sus excepcionales acabados y su destreza en la alta relojería. Además, Cartier y Piaget presentarán varias piezas inspiradas en la joyería.
Con todo, el SIHH promete ser de nuevo un espectáculo interesante y palpitante, proporcionando un indicador sobre la industria en su conjunto y las tendencias que podemos esperar para 2019.
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