07/02/2021
 7 minutos

Cuatro marcas de relojes independientes estadounidenses para el 4 de julio

De Tim Breining
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¿Qué podría ser más natural que dedicarnos a las marcas de los Estados Unidos en el día en que celebran su independencia? Y no cualquier marca, sino aquellas que están especialmente comprometidas con los valores de la independencia.

Como marca americana, ofrecer algo más que una marca privada o que relojes ensamblados en EE. UU. con componentes de Asia y Suiza no es tarea fácil debido a la falta de infraestructura relojera.

Pero esto no siempre fue así: en el siglo XIX, Suiza adaptó los conceptos y las tecnologías estadounidenses de producción en masa, y en la Selva Negra alemana se fabricaron los llamados «relojes americanos», basados en modelos estadounidenses. Algunos nombres, como Elgin y Waltham, siguen teniendo peso en los círculos de coleccionistas en la actualidad. A pesar de este papel pionero en su día, poco queda hoy de la industria relojera estadounidense de antaño. Detrás de esta evolución se encuentran diversas razones, como el hecho de que los relojes de bolsillo pasaron de moda, la Gran Depresión y, más tarde, la economía de guerra durante la Segunda Guerra Mundial, por nombrar algunas. En cualquier caso, una cosa es cierta: en Estados Unidos no hubo un rescate o renacimiento como el que tuvo lugar en Suiza y del que nació el emblemático Grupo Swatch.

Probablemente pueda adivinar lo que viene ahora: los relojes mecánicos vuelven a estar en demanda, y lo han estado desde hace décadas. Los aficionados a la relojería americanos, y especialmente los relojeros americanos, no pueden tolerar tal vacío de independencia. No es de extrañar, pues, que las filas de quienes se dedican al resurgimiento de la relojería estadounidense hayan crecido de forma constante desde hace algún tiempo. Nos gustaría presentarle a cuatro de estas personas independientes, tanto pioneras como recién llegadas, con motivo del 4 de julio.

RGM
Roland G. Murphy fundó su propio sello americano en 1992.

La marca de Roland G. Murphy, fundada en 1992, puede considerarse, con razón, pionera en el renacimiento de la relojería estadounidense. La pasión de Roland G. Murphy por los relojes, nacida en un principio de un trabajo a tiempo parcial, le condujo desde su hogar en Pensilvania hasta Suiza. Allí pasó por el prestigioso programa WOSTEP, que le llevó a ocupar un puesto en el predecesor del Grupo Swatch, SMH, y a regresar a Pensilvania para trabajar en Hamilton Watch Co. El lanzamiento de su propia marca, cuyo nombre es simplemente las iniciales de su fundador, le siguió en 1992.

Los relojes de RGM cubren todo el espectro, desde relojes con movimientos ETA perfeccionados, pasando por históricos calibres de Hamilton, hasta auténticos movimientos de manufactura. Las cajas son de fabricación estadounidense, y RGM está especialmente orgullosa de las esferas guilloché hechas a mano en la propia empresa.

RGM
Solo unos pocos calibres de fabricación propia pueden competir con RGM.

En cuanto a los movimientos de manufactura, Roland G. Murphy tiene pocos puntos negativos: la colección debería satisfacer a cualquier entusiasta, desde el movimiento de cuerda manual hasta el Pennsylvania Tourbillon, que presenta exquisiteces como dientes de lobo en la rueda de cuerda, que solo pueden girar en una dirección. También es excepcional el Caliber 20, un movimiento en forma de tonel diseñado para cajas con esta misma geometría. La construcción especial y enjoyada del barrilete (palabra clave: «motor barrel») hace referencia a los históricos relojes ferroviarios del país natal de Murphy.

Una gran parte del resto de la colección también se basa estilísticamente en los relojes históricos de EE. UU., en especial los que se fabricaban para determinadas profesiones o para el ejército. Los modelos más elegantes y complejos, gracias a sus motivos guilloché y su arquitectura clásica, recuerdan a las creaciones de los grandes de la historia o a las de otros maestros relojeros, como los que se encuentran en la AHCI. Por último, en contraste con los relojes ya mencionados, los modelos más deportivos, como los relojes GMT y de buceo, ofrecen un diseño más moderno y muy distintivo.

J.N. Shapiro: de director de escuela a guillocheur y a marca de relojes

Inicialmente, Joshua Shapiro apostó por ofrecer otra fuente de esferas guilloché hechas a mano en Estados Unidos. Su andadura en el mundo de los relojes comenzó con un curso por correspondencia del Instituto Horológico Británico y esqueletizando movimientos Unitas en su tiempo libre. Sin embargo, su principal interés pronto se centró en el guilloché, razón por la cual nunca hizo el viaje al Reino Unido para sus exámenes finales y prefirió invertir el dinero ahorrado en máquinas de guilloché.

Si quiere saber más sobre Joshua Shapiro, le recomendamos que vea su conferencia en la Sociedad Horológica de Nueva York en YouTube. En ella se descubren algunos detalles sobre el oficio de guillocheur, así como gran parte de las creencias y motivaciones de Shapiro. Lo primero y más importante es que participar en el renacimiento de la relojería americana es el objetivo declarado de este artesano autodidacta, que trabaja principalmente como director de escuela.

J.N. Shapiro

Shapiro lleva varios años cumpliendo esa misión, que va más allá de dominar el guilloché y desarrollar nuevos patrones: desde 2018, tiene su propia colección de relojes, equipada, por supuesto, con el patrón más complejo y difícil que su destreza y sus máquinas de guilloché pueden producir. En su interior hay calibres alemanes de gran calidad de Uhren-Werke-Dresden, que proceden del pequeño grupo de empresas Tempus Arte en torno a la fábrica Lang & Heyne. Un calibre respetado y muy agradable a nivel estético, pero que desgraciadamente vemos en muy pocas ocasiones dentro de otros relojes.

La elección de un movimiento tan poco usado pero destacado le viene bien a Shapiro, que además siempre alude en sus conferencias y entrevistas a los personajes menos conocidos o más subestimados. Así, cuando se trata de guilloché, todo el mundo piensa en Breguet; cuando se trata de relojería independiente, todo el mundo piensa en George Daniels. Shapiro siempre menciona esos nombres junto a los que a menudo se olvidan porque están menos en boga. Algunos ejemplos de esto son Jean-Antoine Lépine, presunto maestro de Breguet, y Derek Pratt, un no menos brillante amigo y contemporáneo de Daniels. La importancia que tiene para él rendir homenaje a estas figuras infravaloradas, así como a sus conocimientos y habilidades, dice mucho del carácter de este relojero independiente.

J.N. Shapiro

Independencia es la palabra clave: para conseguirlo también en materia de cajas y movimientos, Shapiro ya está trabajando en una producción propia de cajas y en la fabricación de calibres que estarán integrados completamente por componentes estadounidenses. Shapiro no quiere comprar en el extranjero lo que no puede fabricar él mismo, así que lo toma de calibres históricos de Estados Unidos.

Keaton Myrick: series pequeñas y un alto nivel de artesanía

Keaton Myrick también pasó por el programa WOSTEP. A diferencia de Roland G. Murphy, no tuvo que viajar a Suiza para hacerlo, ya que ahora también existe la posibilidad de adquirir este título a través de algunas escuelas asociadas en EE. UU. Una de esas escuelas era la Lititz Watch Technicum de Pensilvania, fundada por Rolex, a la que Myrick asistió. En la actualidad, se imparte allí un curso similar al WOSTEP desarrollado por la propia Rolex, pero el propósito sigue siendo el mismo: satisfacer la demanda de relojeros altamente cualificados en Estados Unidos, especialmente en cuanto a la revisión y reparación de relojes de calidad.

Keaton Myrick
De relojero a marca propia: Keaton Myrick lleva el arte y la artesanía a Estados Unidos.

Cualquiera que observe de cerca a Keaton Myrick se da cuenta rápidamente de que no es un relojero que se conforme con simples revisiones y trabajos rutinarios. Tras completar su aprendizaje, se dedicó durante seis años a la restauración de relojes históricos, equipando sucesivamente su taller y adquiriendo los conocimientos necesarios para construir sus propios relojes.

Los relojes Keaton Myrick, ahora disponibles, se pueden identificar a primera vista como las obras de un relojero independiente. Su intensa preocupación por los relojes históricos es evidente en numerosos aspectos. Myrick no teme combinar elementos de diferentes épocas y orígenes, empleando, por ejemplo, placas de tres cuartos de Glashütte y elementos de diseño de los relojes de observación suizos en un solo movimiento. Pero en estas esferas no aparece un lugar de fabricación como Le Locle, Le Brassus o Glashütte I/SA, sino «Oregon – USA». Este es también el caso del modelo «1 in 30», una serie limitada a 30 piezas, cuyos pedidos están siendo procesados actualmente por Myrick.

Esta serie fuciona gracias al calibre 29.30 de Myrick, un Unitas 6497 que está, no se puede enfatizar lo suficiente, tan modificado que ni siquiera tiene el puente del tren de engranajes en común con el movimiento original. Por no mencionar el mecanismo de parada con filigrana hecho a medida o el nivel de refinamiento del resto de componentes. La referencia que hay en su página web al torno exacto que Myrick utiliza para rectificar su volante da una idea de la seriedad con la que este relojero independiente se toma su oficio y de lo mucho que valora los más mínimos detalles.

Weiss Watch Company: valor añadido americano a precios justos

La Weiss Watch Company combina la calidad con el espíritu empresarial americano.

Cameron Weiss es el tercer ex alumno del WOSTEP, esta vez graduado en la Escuela de Relojería Nicolas G. Hayek de Miami. Tras trabajar para Audemars Piguet en Suiza y Nueva York, y para Vacheron Constantin en Beverly Hills, fundó su propia marca y empresa de relojes en 2013: la Weiss Watch Company. El probado Unitas 6497 mueve la mayoría de los relojes de Weiss. Dado que los precios se sitúan en la franja inferior de cuatro dígitos, no debe esperar un movimiento muy modificado ni excesivamente refinado. Sin embargo, obtendrá un reloj con un importante valor añadido estadounidense que no solo se ensambla en Estados Unidos, sino que incluso cuenta con componentes nacionales, como la esfera.

La colección actual incluye la última revisión del modelo de debut, el Standard Issue Field Watch de 38 y 42 mm, así como una versión automática de la versión de 38 mm. Este último alberga el Caliber 39 de Eterna Movement, que no es precisamente común.

El actual buque insignia de la colección, cuyo precio, sin embargo, sigue estando muy por debajo de los 3000 euros, es el American Issue Field Watch. La palabra «american» se refiere al movimiento interno Cal 1003, un calibre fabricado por Weiss en EE. UU. y basado en la arquitectura del Unitas. Puede que ya señale el camino hacia una mayor independencia en el futuro de la joven marca.

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Sobre el autor

Tim Breining

Mi interés en los relojes empezó alrededor de 2014, cuando aún estaba estudiando ingeniería. Mi curiosidad inicial se transformó pronto en pasión. Puesto que la sede …

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