Sabemos que significa esa sensación cuando compramos nuestro primer y auténtico reloj y esas ganas inmensas de mostrarlo a nuestros amigos y familiares. Comprar ese primer ejemplar significa pasar a ser oficialmente un entusiasta de los relojes. Pero antes de sumergirse en el apasionante mundo del coleccionismo de relojes (y de la obsesión), hay algunas reglas simples que seguramente le pueden ser útiles. Aquí mostramos algunos consejos de lo que se debería y no se debería hacer, y que todo entusiasta que se acaba de iniciar en este mundo debería saber para no parecer inexperto.
¿Muñeca izquierda o derecha?
Vamos a empezar nuestra lista de reglas desmintiendo el viejo mito que dice que un reloj debe usarse en la muñeca izquierda. Es cierto que los relojes se han llevado tradicionalmente en el lado izquierdo y el diseño de la mayoría de los modelos lo refleja. Por ejemplo, los pulsadores de la corona y el cronógrafo en el lado derecho se ubicaban así para facilitar accesibilidad y manejo. Esto se debe al hecho de que el 90 % de la población mundial es diestra y, por tanto, la mano izquierda es la que menos se usa. La mano derecha se utiliza típicamente para tareas como escribir (aunque en la era digital, ¿escribe alguien todavía?), abrir puertas, etc. Esto, por tanto, supuestamente podría provocar que llevar un reloj en la derecha pudiera ser más engorroso hasta el punto de estorbar.
La realidad es que no existe ninguna regla, escrita o no escrita, que diga que un reloj debe ser usado en la muñeca izquierda. Para empezar, el 10 % restante de la población es zurdo. De la misma manera, algunas personas pueden preferir usar su reloj en la mano derecha, hecho totalmente legítimo. Es su reloj, y usted elige en qué muñeca lucirlo. Sin embargo, la ubicación del reloj en su muñeca sí que es algo importante.
Ubicación, ubicación, ubicación
Mire su brazo, y fíjese en el trozo de hueso protuberante que sobresale, justo en la parte exterior de la unión entre el brazo y la mano. Ese hueso es lo que se conoce como cabeza del cúbito. También es una señal útil para saber dónde debe colocarse el reloj en la muñeca. Una tendencia popular hoy en día, especialmente cuando se lleva un reloj con brazalete, es llevar el reloj suelto. A nuestro parecer esto no deja de ser un hábito vulgar, haciendo que el reloj cuelgue más allá de la cabeza del cúbito y que caiga hacia el dorso de la mano cuando el brazo esté de lado. Esto es un mal hábito, sin mencionar lo incómodo que es. Además, es también menos funcional, ya que significa que, para poder comprobar la hora, primero debe inclinar el brazo hacia arriba para deslizar el reloj hacia atrás.
Un reloj bien ajustado debería emplazarse en la muñeca justo debajo de la cabeza del cúbito; no encima de él, ya que esto podría producir molestias. Llevar el reloj de la manera que comentamos presenta varias ventajas: no restringe el movimiento de su mano de ninguna manera, reduce la probabilidad de que la corona y/o los pulsadores se claven en su muñeca, y la hora es mucho más fácil de leer con un simple giro de la muñeca. Además, luce mucho mejor. La clave para lograr este ajuste perfecto es, en primer lugar, elegir el tamaño correcto de reloj.
Cuestión de tamaño
Hubo un tiempo en que llevar relojes sobredimensionados se consideraba ir a la última en moda. Afortunadamente, fue un período de corta duración y, por suerte, no fueron muchas las muñecas que tuvieron que sufrir las permanentes molestias que producían. El hecho es que el tamaño importa, aunque no necesariamente de la manera en que se podría pensar. Cuando se trata de relojes, más grande no significa siempre mejor. Si posee muñecas más pequeñas, llevar un monstruo de 45+ mm de Panerai o Breitling no es probablemente la elección más adecuada para usted. Además de poder parecer ordinario también sería incómodo.
Una regla general bastante útil es que un reloj de tamaño correcto debe cubrir 2/3 del ancho de su muñeca. Esto significa que cuando mire el reloj en su muñeca, debería poder distinguir algo de la correa tanto de la parte superior como de la inferior. Si la caja se extiende sobre los bordes de su muñeca, habrá un espacio entre la correa y la muñeca que ni siquiera las asas más curvadas podrán hacer cuadrar. Las correas de piel normalmente permiten un tamaño de caja un poco más grande, ya que puede fijarse de manera más fuerte contra su muñeca. Sin embargo, esto no siempre es así y puede esconder alguna falsedad.
La piel y los climas cálidos no casan bien
Es importante atender a algunas razones a la hora de usar correas de piel con su reloj: la piel y los climas cálidos no casan bien. Cuando hace calor, se suda, y el sudor es un mal compañero de viaje de las valiosas correas de piel. Además, también existen algunas actividades en las que las correas de cuero no son adecuadas, por ejemplo, la natación, las caminatas o cualquier tipo de ejercicio que requiera de esfuerzo. Si se suda demasiado, el interior de la correa se decolorará con el tiempo y acelerará el proceso de deterioro. Esto se traducirá, en definitiva, en tener que reemplazar la correa más a menudo.
Por supuesto, no estamos aconsejando evitar las correas de piel. Una correa de piel es uno de los elementos de moda más elegantes que existen. Es importante, sin embargo, asegurarse de llevar el reloj adecuado en la ocasión adecuada. Como consejo relacionado con este tema, es fundamental advertir de que cuando se opta vestirse en registros formales, el color de la correa debe coincidir siempre con el del cinturón y los zapatos.
La importancia de la limpieza
Nuestra última regla podría parecer obvia. Sin embargo muchos entusiastas a menudo lo olvidan. Limpie su reloj regularmente, es así de simple. ¿No sabe cómo? Busque en internet. Existen a su disposición innumerables tutoriales. La limpieza del reloj es rápida y probablemente ya tenga en casa todo lo que necesita. Si realmente quiere mimar a su reloj todavía más, siempre es bueno hacerlo, realice una limpieza profesional profunda una o dos veces al año. Su reloj quedará como nuevo y se acordará oportunamente de por qué se enamoró de esta pieza.
Recuerde que existe una gran diferencia entre limpiar un reloj y pulirlo. Esto último perjudica a la larga el valor de su reloj. Si por la razón que sea se decide por pulir, recuerde solo realizarlo con moderación. Recomendamos encarecidamente que investigue más a fondo antes de decidir pulir.
Como siempre, algunas reglas son bastante subjetivas y la última decisión siempre depende de usted. No obstante, ciertas apuestas osadas podrían suponerle pasar por situaciones incómodas como la crítica de otros compañeros entusiastas de la relojería. Pero no se lo tome demasiado en serio: ¡al final, la broma es parte de la gracia de este asombroso hobby que nos une!
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