Reloj funcional, reloj instrumental o reloj herramienta: tres conceptos diferentes para un mismo objetivo. Puede que algunas personas lo hayan olvidado o incluso que nunca lo hayan sabido, pero muchos de los relojes que hoy se conocen como relojes de lujo empezaron siendo piezas con unos fines claramente definidos. Prácticamente todos los relojes de buceo, de piloto o los cronógrafos que hoy se comercializan como ejemplares de lujo empezaron sus carreras modestamente como útiles instrumentos funcionales. Los fabricantes aprovecharon hábilmente los primeros éxitos y han continuado tejiendo historias apasionantes en torno a sus productos hasta nuestros días. En este artículo, analizamos tres relojes diferentes que han recorrido el mismo largo camino: de un sencillo reloj a un costoso accesorio de lujo.
Omega Speedmaster Ed White: del paseo espacial a las muñecas del público adinerado
La inmensidad del espacio y un astronauta estadounidense. Cuando Edward «Ed» White emprendió un paseo espacial en 1965 con un Omega Speedmaster ref. 105.003, ni el propio White ni Omega ni el resto del mundo podían imaginar el estatus de culto que este reloj alcanzaría algún día. Fue el nacimiento de una leyenda relojera. Hoy —casi 60 años después— resulta difícil creer que el Speedy de Ed White fuera un instrumento perfecto y, por aquel entonces, moderno y funcional: una herramienta para el cronometraje profesional que posiblemente podía salvar vidas. En aquella época, no existía ninguna alternativa al cronógrafo mecánico para determinar, por ejemplo, la velocidad media necesaria para recorrer una distancia determinada.
El Speedmaster conocido hoy como «Ed White» se fabricó entre 1963 y 1965. Fue el último Speedmaster con asas rectas. Otras características de este reloj son la llamada escala taquimétrica «Dot over 90» y la esfera escalonada. A diferencia del posterior Speedmaster Professional Moonwatch, que Omega introdujo en 1968, el Ed White era considerablemente más pequeño, con un diámetro de solo 39.7 mm. Sin embargo, el detalle más importante se encuentra en el interior del reloj. En la referencia 105.003 late el legendario calibre 321 de Omega, que la manufactura utilizó para sus modelos Speedmaster entre 1957 y 1968. A partir de 1968, el calibre 321 se retiró y se sustituyó durante décadas por el 861 y, más tarde, por el 1861. Aunque todos los calibres se basan unos en otros, el 321, el que llevó Ed White durante su excursión al espacio, acabó arrinconado en el olvido durante 50 años.
Omega reconoció el gran potencial cultural y económico de este apreciado calibre y lo relanzó en 2019. Hubo un gran júbilo entre los seguidores de Omega: ¿sería un reloj herramienta funcional y «asequible» al estilo del codiciado original? ¡No del todo!
Tras el Speedmaster 311.93.42.30.99.001, un Speedmaster de lujo de 42 mm fabricado en platino por un precio de catálogo de unos 65 500 €, Omega presentó en 2020 la referencia 311.30.40.30.01.001. En este modelo, todos las características importantes se han adaptado al gusto actual de los coleccionistas, incluido el diámetro de 39.7 mm y el hecho de que Omega haya utilizado acero inoxidable como material de la caja y el brazalete. Un pequeño inconveniente: en el momento de escribir estas líneas, un modelo en perfecto estado apenas se podía encontrar por menos de 20 000 €.
El Omega Speedmaster «Ed White» es, por tanto, un ejemplo de cómo un antiguo reloj herramienta ha logrado convertirse en un artículo de puro lujo para los amantes más adinerados de los relojes. Casi nadie se interesa ya por la función real del reloj, y ahora son la historia y los materiales preciosos los que han pasado a un primer plano. La cima de este desarrollo es el Speedmaster 311.50.39.30.01.001, un Speedmaster de 38.6 mm fabricado en oro Canopus con un precio de catálogo de más de 89 000 €.
Cartier Santos: el reloj de piloto para momentos refinados
El legendario reloj de piloto Santos fue diseñado en 1904 nada más y nada menos que por el propio Louis Cartier. Cartier era entonces amigo del pionero de la aviación brasileño Alberto Santos-Dumont. En aquellos tiempos, los vuelos aún eran temerarios y, para pilotos como Santos-Dumont, leer la hora en un reloj de bolsillo era una tarea complicada. Por esta razón, Cartier tuvo la pionera idea de crear un reloj de muñeca para que fuera más fácil consultar la hora. Esto convirtió al Santos en el primer reloj de pulsera masculino y de aviador de la historia. Este modelo, que en su día fue un auténtico reloj herramienta, fue y sigue siendo la única serie de relojes de la gama Cartier que el fabricante bautizó con el nombre de Santos-Dumont. En una época en la que los relojes instrumento simplemente no existían en los aviones, el Santos pasó a ser el reloj funcional por excelencia.
Hoy, casi 120 años después, el Cartier Santos es un accesorio de lujo para aficionados y entusiastas de los relojes de pulsera de alta calidad. Su diseño básico apenas ha cambiado a lo largo de muchas décadas. Las características comunes que definen el estilo de todas las referencias incluyen una caja cuadrada con asas integradas, así como una esfera con índices romanos y minutería tipo «chemin de fer». También llama la atención el bisel atornillado con ocho tornillos.
Sin embargo, la oferta ha cambiado. Hoy en día puede adquirir el modelo (también existen modelos Santos para damas) en metales preciosos, como el oro amarillo o rosa, así como en platino. ¿Le gustan los diamantes engastados en abundancia? No hay problema. A pesar de que Alberto Santos-Dumont usaba ejemplares de acero para sus vuelos, el Santos es ahora sobre todo un símbolo de estatus, un invitado en casas adineradas y un tema de conversación en las cenas más refinadas.
Un ejemplo destacado es la Triple Edition, limitada a solo 50 piezas. Estas variantes están generosamente decoradas con piedras preciosas y cuestan casi 200 000 € en un set de tres. Las variantes raras, como el Santos Skeleton Iced Out, también son caras. Para un modelo esqueletizado, fabricado en oro rosa y engastado con diamantes, los precios superan ampliamente los 100 000 €.
El Cartier Santos es, por tanto, otro ejemplo de un antiguo reloj herramienta que se ha hecho hueco en lo más alto de los relojes de lujo.
Audemars Piguet Royal Oak
Hemos de admitir que el Audemars Piguet Royal Oak nunca fue diseñado como reloj herramienta. Sin embargo, encaja bien en esta breve lista, ya que fue el primer reloj deportivo de lujo del mundo fabricado en acero inoxidable que pasó de ser un simple modelo de tres agujas a convertirse en un glamuroso reloj fabricado en un metal precioso.
La historia de este reloj legendario probablemente ya sea conocida por muchos de ustedes. Para quienes no la conozcan, puedo explicar de manera general que cuando Audemars Piguet presentó el primer Royal Oak (ref. 5402) en 1972, la industria relojera se irritó. En aquella época, los relojes de lujo debían fabricarse con metales preciosos como el oro o el platino; el acero inoxidable mundano se reservaba para los relojes del segmento inferior. Pero no solo el material causó revuelo en el segmento superior de precios. El diseño del reloj, obra del diseñador estrella Gérald Genta, también fue objeto de discusiones y críticas. Genta se inspiró en los ojos de buey de los barcos, que aún hoy caracterizan el diseño del Royal Oak.
Además, cuenta con un bisel octogonal con ocho tornillos y un brazalete integrado, toda una novedad en aquella época, ya que los relojes tenían que ser principalmente redondos o, como mucho, cuadrados. Con el Royal Oak, Audemars Piguet llevó el tamaño al extremo. El primer modelo presentaba una caja de 39 mm de diámetro, enorme para la época.
Así pues, el primer Royal Oak se concibió desde el principio como un reloj de lujo. Sin embargo, el modelo original era bastante sencillo y solo incluía agujas para las horas y los minutos, así como fecha. El éxito de su concepto acabó dando la razón a Audemars Piguet y, a lo largo de los últimos 50 años, la manufactura ha conseguido transformar el Royal Oak de un discreto accesorio de lujo a un poderoso símbolo de estatus. Un reloj de pulsera para los ricos y famosos, y todos los que quieren o creen serlo.
En la década de 1970, un diámetro de 39 mm parecía demasiado grande para un reloj de pulsera. Pero, hoy en día, los diámetros de caja de hasta 44 mm de los cronógrafos de la serie garantizan una presencia todavía más dominante en la muñeca. Cuando entran en juego metales preciosos como el oro amarillo o el platino, enseguida queda claro que la persona que lo luce ama su reloj. Por no hablar de complicaciones como los tourbillones o de los modelos con diamantes.
Un ejemplo muy claro de cómo un reloj deportivo sencillo de antaño puede mutar en un obra relojera kitsch y ostentosa es el Royal Oak Doble Volante Esqueletizado ref. 15417OR.ZZ.1267OR.01. La caja de 41 mm y el brazalete de esta versión son de oro rosa y están recargados de diamantes blancos. La esfera es esqueletizada, mientras que los índices son también de diamantes. En Chrono24, este reloj costaba más de 3.2 millones de euros a finales de noviembre de 2022.
Este modelo es perfecto para ilustrar la idea de este artículo: Audemars Piguet lo lleva al extremo y transforma lo que antes era un reloj funcional y sencillo en un ejemplar de lujo desmesurado.
Resumen
Los relojes (o líneas de relojes) presentados aquí son solo tres ejemplos de una larga lista. Prácticamente todas las grandes marcas de relojes de lujo tienen en su catálogo un modelo estrella que alcanzó especial fama precisamente porque en su día fue un reloj funcional que servía como instrumento de medición. Los diseños atractivos y la alta calidad también hicieron que los relojes resultaran interesantes para el gran público. Por su parte, los fabricantes de relojes reaccionaron rápidamente y crearon variaciones adecuadas de sus modelos más populares para diferentes segmentos de precios. Y como algunas carteras parecen tener bastante dinero, los fabricantes no dejan de inventar nuevos modelos superlativos. El original liso y llano o una alternativa retocada: ¿qué variante elegiría usted?