Mirar hacia atrás a las décadas anteriores es siempre un ejercicio divertido y ameno. Es una gran oportunidad para volver a redescubrir esos momentos que llegaron a definir una era. En esta serie, nos centraremos en relojes producidos dentro de una década concreta. Esta vez, nos veremos los años 90, una época que redefinió la relojería mecánica tras la crisis del cuarzo y sentó las bases de la relojería tal y como la conocemos hoy en día. Sumerjámonos, pues, en estos tiempos y exploremos algunos de los momentos que marcaron a la relojería.
Al principio de los años 90, lo primero que se puede observar es el monopolio del cuarzo en el sector de la relojería. No obstante, ya se podía entrever un rayo de esperanza para la industria, gracias al crecimiento de las ventas de relojes mecánicos. A mediados y finales de los 80, varias marcas como Rolex, Patek Philippe, e IWC decidieron centrarse en la producción de relojes mecánicos. Al mismo tiempo, otras marcas como Blancpain y Ulysse Nardin fueron adquiridas por terceros y resucitaron para pasar a formar parte de la élite de las marcas de relojes mecánicos.
Un creciente interés por los relojes vintage
La lealtad de estas marcas a la tecnología mecánica fue complementada por un creciente interés de los coleccionistas por los cronógrafos vintage como el Rolex Daytona y el Breitling Navitimer. Esta renovada fascinación comenzó a finales de los 80 en Italia. Es conocida la debilidad que los italianos sienten por el gusto estético. Además, el interés específico en los relojes vintage se debió en parte a la popularidad renovada que cada vez más tomó la moda de los aviadores. Y es que no hay nada mejor que un reloj vintage acompañado de una cazadora bomber y gafas de aviador. La moda se extendió rápidamente por todo el mundo, y a principios de los años 90, el Daytona finalmente ocupó su lugar como icono de la relojería mecánica.
El regreso de la relojería alemana
Tras la caída del Muro de Berlín y la reunificación de Alemania Oriental y Occidental, la relojería alemana experimentó un resurgimiento. Cinco marcas volvieron a convertir a Glashütte en el corazón de la relojería alemana. A. Lange & Söhne, Glashütte Original, Union Glashütte, Mühle Glashütte y NOMOS Glashütte despertarían un renovado interés en la relojería de este país. La marca más prestigiosa de las cinco sería A. Lange & Söhne, que introdujo el legendario Lange 1 en 1994. Hoy en día, este modelo está ampliamente considerado como uno de los relojes más icónicos y sirve como ejemplo de lo que es la industria relojera alemana revitalizada.
Relojes y Hollywood
Los 90 fueron también la década en que las grandes estrellas de cine presentaron al público relojes de lujo, especialmente relojes de pulsera de gran tamaño. Sylvester Stallone visitó una boutique de Panerai en Florencia, Italia, durante el rodaje de Pánico en el túnel (Daylight) en 1995. Decidió comprar un reloj Panerai, que se puede ver usando en la película, y también encargó otras 200 piezas para regalar a amigos y personas que trabajaron en el film. Este hecho no haría más que desencadenar el aumento de la popularidad de Panerai en todo el mundo.
Una de las personas que recibió un Panerai de Stallone fue nada más y nada menos que Arnold Schwarzenegger. Sin embargo, a Schwarzenegger en aquel tiempo ya se le veía usando un reloj diferente: el Audemars Piguet Royal Oak Offshore. Este modelo se estrenó en 1993 y se comercializó como el Royal Oak para un público más joven. Era enorme, tanto en diámetro como en grosor, una medida perfecta para alguien como Schwarzenegger. Sin ninguna duda, este actor ayudó a popularizar dicho reloj usándolo tan a menudo.
La relación James Bond y Omega
Para ver algo un poco más refinado hay que acercarse a la serie de películas de James Bond y su exitosa relación con Omega. En 1995, Pierce Brosnan debutó como James Bond en GoldenEye. En la película, 007 se viste con un reloj de cuarzo Omega Seamaster 300M. En películas posteriores lo cambiaría por un reloj mecánico Omega Seamaster 300M Professional Chronometer. Hoy en día, este reloj es conocido como el «Reloj Bond» y es considerado un clásico moderno.
Relojes y música
Durante los años 90, también se produjo el meteórico ascenso del hip hop, hecho que comportó también un mayor interés por los relojes de lujo. El atuendo de cualquier artista famoso de la escena de hip hop fue sistemáticamente acompañado por un reloj llamativo. Una de las primeras marcas que se hizo famosa en las muñecas de los raperos con éxito fue Jacob & Co. Sin embargo, muchos raperos pronto empezaron a usar otras marcas como Rolex, Audemars Piguet y Franck Muller. La relación entre los relojes y el hip hop se ha ido fortaleciendo con el tiempo y múltiples compañías se han asociado con raperos en numerosas ocasiones.
La década de las grandes complicaciones
En la década de los 90, muchas marcas tradicionales, para destacar, optaron por producir relojes mecánicos con grandes complicaciones, mostrando así su inigualable destreza. El momento de máximo furor se desencadenó con el lanzamiento del reloj de bolsillo Patek Philippe Calibre 89 en 1989. Patek creó este modelo para celebrar el 150 aniversario de la compañía.
Después de eso, las compuertas se abrieron y otras marcas siguieron el ejemplo, lanzando también modelos emblemáticos. Por ejemplo, IWC presentó la que se conoció como su primera «Grand Complication» en el Baselworld de 1990. Asimismo, en 1992, Blancpain lanzó su 1735 Grande Complication. Ese mismo año, Ulysse Nardin reveló también el Tellurium Johannes Kepler. Todos estos lanzamientos de alta gama mostraron que la relojería no solo estaba viva sino que crecía con fuerza.
Sin embargo, para mí, quien se llevó la palma fue el IWC Il Destriero Scafusia de 1993. Este modelo constaba de una tirada limitada de 125 piezas en honor al 125 aniversario de IWC. Los últimos relojes se produjeron en 1999, justo cuando mi interés por los relojes empezaba. Me quedé fascinado por el modelo Il Destriero Scafusia. IWC supo crear un reloj increíblemente complicado, así como también conseguir que estéticamente se viera precioso.
El modelo Il Destriero Scafusia fue uno de los relojes que más hizo hablar en su época. Representa todo lo que amo de los relojes, así como el estado de la industria en la década de 1990: una pasión creciente por la artesanía extraordinaria y el diseño magnífico que nos recuerda la grandiosidad de la relojería mecánica. Los años 90 fueron la década en la que dicha relojería mecánica recuperó la posición que le correspondía, una posición que no ha hecho más que crecer.
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