Pongámonos en escena: es un viernes por la noche de mediados de verano y los lugareños están disfrutando de unas (cuantas) cervezas en las terrazas cuando mi amigo y yo entramos en un garito lleno de humo en Alemania. La anfitriona nos indica que tomemos asiento en la barra junto a dos caballeros que, como descubrimos enseguida, se ganan la vida comprando y vendiendo coches de lujo.
La conversación pasa a los relojes, y ahora nos estamos pasando nuestros ejemplares de mano a mano. No sorprende que a los vendedores de coches usados les encanten los Rolex bien grandes y con diamantes. Permanezco cortés y les paso mi pequeño reloj de vestir. El que habla más alto de los dos se queda callado, y una expresión confusa se dibuja en su rostro. «Es un AP», le digo, tratando de mantener la conversación a flote. Poco impresionado, responde: «Sí, ¿pero quién se compra esto…?».
La respuesta a esa pregunta es yo. Yo me lo he comprado, y me encanta.
El amor es ciego
He de admitir que todavía no conozco muchos detalles sobre este reloj. Es de oro amarillo, mide 27 mm de diámetro y 4 mm de grosor, tiene un movimiento de cuerda manual y Audemars Piguet seguramente lo fabricó en la década de 1990. Una gran parte de mi trabajo es dar consejos a los lectores sobre cómo tomar decisiones de compra inteligentes en materia a relojes. Sin embargo, esta sigue siendo la compra impulsiva más cara de mi vida.
Este reloj es un mal ejemplo de cómo investigar antes de efectuar una compra, pero es un gran ejemplo de comprar lo que a uno le gusta. Acababa de empezar el trabajo de mis sueños como presentador del canal de YouTube de Chrono24 y, naturalmente, tenía ganas de celebrarlo con un nuevo reloj. En un principio había estado buscando un Cartier Tank, y pensé: «¿Por qué no mirar si otras manufacturas tienen algo parecido?».

Como detectar trufas en un bosque
Algo que puedo aconsejar con orgullo es buscar donde otros no están mirando. La sabiduría convencional sería comprarse un Cartier si se está buscando un reloj de vestir, y adquirir un Royal Oak si se quiere un AP. Pero los Cartier que entraban en mi presupuesto eran mayormente de cuarzo y bañados en oro. Y los Royal Oak ni siquiera entraban en mi presupuesto. Así que tenía que ponerme creativo.
Sabía qué cualidades quería en un reloj, las especificaciones técnicas que necesitaba y el tipo de detalles que me cautivan. También sabía que no tenía mucho para gastar, pero que no quería conformarme con algo ordinario o poco memorable. Ahora que ya había puesto en orden mis ideas, era hora de explorar.
Después de rebuscar entre miles de relojes en Chrono24, me topé con esta pequeña gema de un comerciante de Bélgica. Este es el momento en el que me sobrevino un amour fou desbordante, ilógico e irracional. De repente, estaba convencido de que ese ejemplar desaparecería en meros momentos, como si hubiese decenas —si no cientos— de coleccionistas de todo el mundo listos para arrebatármelo.

Esa noche, el cursor de mi ordenador pasó mucho tiempo sobrevolando el botón de «Comprar». Pensé que sería mejor consultarlo con la almohada, porque, incluso si no podía esperar 24 horas enteras, debería darle al menos 12. Fue un placer tratar con el comerciante, y el temido proceso de importación a los EE. UU. fue más fácil (y barato) de lo esperado. Alrededor de una semana después, ya tenía el reloj en mis manos y en la muñeca.
¿Pero qué reloj es?
Quizá necesitemos un segundo artículo, porque, por ahora, sigo sabiendo muy poco sobre este reloj. Tras una larga búsqueda, encontré unos pocos AP con la misma caja y las mismas distintivas asas. Solo un ejemplar marcaba únicamente la hora, pero la esfera no era tan expresiva en absoluto. De hecho, es más fácil encontrar versiones de este reloj con calendario perpetuo, ¡lo cual es mucha ingeniería que comprimir en 27 mm! @goldberger parece tener uno, y @i.s.thomson tiene dos. Al final, pagaré los 500 francos suizos a Audemars Piguet para obtener un extracto de sus archivos. Mientras tanto, no me importa un poco de misterio.

Este reloj me ha acompañado en viajes por todo el mundo, a bodas de amigos, cenas y celebraciones, y suele poder verse sobresalir de mi camisa en los vídeos de Chrono24 en YouTube. El modelo cumple con su pedigrí de reloj de vestir luciendo un aspecto deslumbrante con atuendo formal, y también queda bien con una camiseta blanca y vaqueros desteñidos.
Nunca venderé este reloj. Lo que comenzó con una compra impulsiva se ha convertido en un compañero para toda la vida, desde un amor a primera vista hasta el felices para siempre. Y, como cualquier buen matrimonio, el amor no ha hecho más que crecer con el tiempo.