Al igual que sucede con Cartier, Chopard es identificada por mucha gente, y con demasiada frecuencia, más con la joyería que con la relojería. Y ni Cartier ni Chopard merecen este tipo de reduccionismo. De hecho, la marca no lanzó su primera colección de joyas hasta 1985, bastante tiempo después de la fundación de la empresa en 1860. Su historia está repleta de interesantes innovaciones relojeras, y esta empresa familiar merece ser reconocida gracias a su saber hacer artesanal y los métodos sostenibles que emplea.
- Los humildes orígenes de Chopard
- Colecciones de relojes importantes de Chopard
- ¿Son buenos los relojes Chopard?
- Chopard vs. Cartier
Los humildes orígenes de Chopard
Durante sus años de formación, Chopard se especializó en cronómetros y relojes de bolsillo, tal y como dictaba la tendencia de la época. Atraída por el prestigio que el sello de Ginebra otorgaba a sus relojes, la marca acabó trasladándose de Sonvilier, un pequeño pueblo suizo, al centro relojero de Ginebra, más al sur del país. En 1963, la empresa fue adquirida por Karl Scheufele III, descendiente de una larga estirpe de relojeros. Sorprendentemente, la maison sigue siendo independiente y dirigida por la familia Scheufele hasta el día de hoy.
Colecciones de relojes importantes de Chopard
Entre la impresionante colección de relojes de Chopard, hay varios modelos que han conseguido gran popularidad a nivel mundial y que siguen cautivando a entusiastas y coleccionistas de relojes por igual.
Happy Diamonds
La colección Happy Diamonds es quizá la mejor muestra de cómo Chopard diseña relojes que se encuentran entre los límites de la joyería y la relojería. La marca lanzó por primera vez estos relojes en 1976 y aparte de engastar piedras preciosas en un delicado reloj femenino, también incorporó diamantes entre dos cristales de zafiro que se mueven con cada movimiento de muñeca. Hoy en día, la colección Happy Diamonds sigue siendo un pilar básico del catálogo de Chopard, y en los últimos años se han lanzado innumerables iteraciones de este modelo tan innovador.
Happy Sport
Siguiendo la estela de este éxito, Chopard lanzó la colección Happy Sport en 1993. Esta colección marcó el comienzo de la era de la combinación de acero con diamantes, con el objetivo de crear un reloj de mujer que se integrara a la perfección en diferentes contextos. Los precios de los relojes Happy Diamonds y Happy Sport rondan los 2800 €.
Alpine Eagle
¿Y los relojes para hombre? Por supuesto, no todas las creaciones de Chopard presentan diamantes. La colección Alpine Eagle es probablemente el mejor competidor de la marca en la categoría de relojes deportivos. Aunque guardan un asombroso parecido con el Royal Oak, estos relojes en el fondo se inspiran en el primer reloj deportivo de Chopard, el St. Moritz, y son, por tanto, un guiño a la historia de la marca. Estéticamente, llaman la atención algunos detalles: los tornillos emparejados en cada cuarto de hora, la esfera texturizada que recuerda al iris de un águila y el brazalete de tres eslabones integrado. Además, incluyen calibres automáticos propios certificados por el COSC. Los precios rondan los 8400 €.
Compruebe usted mismo por qué el Alpine Eagle es una alternativa mejor que el Royal Oak.
Mille Miglia
La colección Mille Miglia es la primera manifestación física de Chopard relacionada con el deporte del motor. La serie debe su nombre a la carrera de coches clásicos que se celebra en el norte de Italia y en la que compite anualmente el propio CEO de Chopard, Karl-Friedrich Scheufele. Estos cronógrafos se inspiran en los detalles más finos —interiores y exteriores— de los legendarios coches de carreras, y ofrecen también excelencia tecnológica. El actual Chopard Mille Miglia Classic Chronograph se vende por cerca de 7500 €, pero ha habido muchas ediciones a lo largo de los años, hasta el punto de que la colección cubre prácticamente todos los precios.
¿Son buenos los relojes Chopard?
¿Cómo sobreviven los relojes Chopard en el despiadadamente competitivo mercado de los relojes de lujo? Como he mencionado antes, una de las claves de su éxito reside en su independencia. Hoy en día, no acabar devorado por los conglomerados Swatch Group, Richemont o LVMH es toda una proeza. El orgullo que sienten por el saber hacer artesanal queda patente en los extensos perfiles de sus artesanos publicados en su sitio web, que también refuerza el toque personal que fomentan sus sólidos valores familiares. Además, se calcula que Chopard solo produce unos 50 000 relojes al año. En comparación, se dice que Rolex produce hasta un millón de relojes al año.
En cuanto a innovaciones de fabricación, Chopard tiene más de un as en la manga. El calibre L.U.C 1.96 es uno de los mejores movimientos automáticos de su clase, mientras que su acero Lucent patentado se fabrica con deshechos de alta calidad procedente de la relojería suiza y otras industrias en su búsqueda del «lujo ético». Como resultado, se afirma que es un 50 % más duro que el acero ordinario.
Si le interesa el calibre Chopard L.U.C. 1.96, consulte este artículo de nuestro autor invitado Hirota Masayuki.
Chopard vs. Cartier
Sin duda, Chopard y Cartier tienen mucho en común: un nombre que suena francés, joyas exquisitas y relojes de categoría mundial. Cartier pertenece al Grupo Richemont, y sin duda ofrece un mayor reconocimiento de marca. En cambio, en lo que creo que Chopard toma ventaja es en sus valores familiares y sus prácticas sostenibles. La marca se ha fijado objetivos ambiciosos, prometiendo que todos sus relojes de acero incluirán un 80 % de acero reciclado para 2023, y un 90 % para 2025. También utilizan oro 100 % producido éticamente desde 2018. Su alto nivel de integración vertical, transparencia y saber hacer artesanal armonizan maravillosamente en la muñeca y subrayan la destreza relojera de Chopard.