Seiko es una empresa sin parangón en el universo relojero. En sus 141 años de actividad casi constante (aunque con diferentes formas, todo sea dicho), ninguna otra empresa de relojes ha ocupado tal variedad de posiciones en el mercado relojero ni ha transformado tan íntegramente la naturaleza misma de la Industria de la relojería global. En el núcleo de la vasta historia de Seiko como empresa siempre ha habido un principio clave que ha servido de guía: una ambición insaciable y constante por crear algo mejor. Algo que, ya sea por su sofisticación tecnológica o por su belleza, supere todo lo que lo ha precedido.
Es esta ambición la que llevó a Seiko a desarrollar el movimiento de cuarzo. Y fue esta misma tecnología despiadada la que llevó a la industria relojera suiza al borde del abismo, así como la que dio paso al acceso generalizado a los relojes de pulsera, y la que revolucionó su precisión. También fue esta ambición la que, en su afán de sobrepasar el prestigioso nivel de acabado de sus competidores suizos, llevó a Seiko a crear Grand Seiko en 1960. Pero, mientras que Grand Seiko es bien conocido a día de hoy y se convirtió en una marca independiente en 2017, King Seiko continúa siendo más bien un misterio para la mayoría de entusiastas de los relojes. No obstante, esta colección, que ha vuelto a la vida recientemente, ofrecía un nivel de acabado y calidad que aspiraba a elevar la posición de Seiko en el mercado.
Impulso competitivo
Un aspecto no tan conocido de la historia de Seiko es que, desde 1959 y durante una gran parte del resto del siglo, Seiko contaba con dos instalaciones de producción diferentes: Daini Seikosha y Suwa Seikosha. Desde su creación en 1937, Daini Seikosha se estableció con un enfoque específico en todo lo relacionado con la medición del tiempo. A medida que avanzaba el siglo XX, hubo momentos en los que Daini y Suwa se centraron en diferentes aspectos de la manufacturación para fomentar la simetría, mientras que, en otras ocasiones, se enfrentó a la una contra la otra para crear un poco de competencia sana.
El primer lanzamiento de Grand Seiko en 1960 procedió de la fábrica Suwa, mientras que el King Seiko se originó en la fábrica Daini el año siguiente, en 1961. Los detalles específicos de esta competición han sido objeto de debate, pero hay quienes sostienen que las dos fábricas estaban enfrentadas en una rivalidad total por su supervivencia. Es probable que la verdad sea mucho menos sensacionalista, y seguramente hubiera cierto grado de colaboración en algunos momentos, ya que cada fábrica manufacturaba diferentes componentes para una misma serie de relojes.
Mientras que Grand Seiko tenía como objetivo ser la cumbre de lo que Seiko era capaz de conseguir en términos de acabado y detalles, King Seiko poseía una ambición similar de elevar el nivel de calidad y acabado que los clientes de Seiko podían esperar. Aunque King Seiko parecía estar orientado a un tipo de consumidor final ligeramente diferente, no por ello estaba menos dedicado a la creación de relojes hermosos e innovadores con diseños de caja característicos. De hecho, muchas de las formas de caja confeccionadas en esos primeros años de competición siguen teniendo una gran influencia en el lenguaje de diseño actual del catálogo de Grand Seiko.
King Seiko en la actualidad
A pesar del renacimiento de Grand Seiko y su meteórico auge en los últimos años, King Seiko se ha mantenido relegado a los anales de los libros de historia de Seiko. Al menos hasta 2021, el año que marcó el 140.° aniversario del momento en el que el fundador de Seiko, Kinataro Hattori, estableció K. Hattori & Co. (que conduciría a la fundación de la marca Seiko en 1924). Para conmemorar sus 140 años de historia, Seiko anunció, ante la sorpresa del mundo relojero, el retorno del King Seiko con el lanzamiento de la edición limitada SJE083, una reedición prácticamente idéntica al King Seiko KSK de 1965.
Con sus meticulosos acabados, el SJE083 es un reloj de una elegancia sublime, con unos bordes biselados hermosamente pulidos, asas robustas y una caja de proporciones clásicas. Se trata, sin lugar a dudas, de un modelo muy digno de revivir una colección con un impacto tan significativo en el curso de la historia de Seiko. Al igual que hace casi 60 años, el King Seiko está listo para elevar la oferta de Seiko para una clientela cada vez más exigente. Si la trayectoria del resurgimiento de Grand Seiko nos sirve de indicador de lo que está por venir, no podemos sino esperar grandes cosas de los próximos relojes King Seiko.